Bufff!! Ya es la hora? Habrá que levantarse!
Nos preparamos el material, desayunamos unas galletas y nos ponemos en marcha. Alrededor de las siete de la mañana llegamos al comienzo de la vía. Menos mal que tenemos a Miguel Cebrian, Vicente y Antonio que también van a la vía, porque encontrar la entrada de noche ya es una aventura.
No podíamos tener mejores guías!
Empezamos a escalar sobre las 7:30 y ya no paramos hasta las 16:00h. cuando hicimos cumbre.
La vía fue abierta el 19-9-83 por Pascual Chorro y Manolo Pomares, tiene 21 largos aunque se pueden empalmar algunos. Esta transcurre por diedros, fisuras y placas, con un grado moderado pero mantenido.
El entorno es increíble. Estamos inmersos en un océano de roca, aristas por todos lados, paredes y espolones, que nos hacen sentir muy pequeños y a la vez afortunados de poder disfrutar de estas vistas.
Hay que ir muy atentos porque es muy fácil perderse. Vicent y yo tardamos unas nueve horas en completar la ruta pero se puede vivaquear después del largo dieciséis.
Tiene algunas reuniones montados, bastantes puentes de roca y algunos pitones. Los dos últimos largos están equipados con parabols, en un intento de equipar toda la vía por uno de los aperturistas, escaladores de la zona le consiguieron convencer de que no lo hiciera.
Se recomienda llevar un juego de fisureros y otro de friends, cintas para puentes de roca y cuerda doble.
